¡Ten fe! Jesús te sana integralmente

El Evangelio de Mateo 9, 1-8 nos presenta la sanación integral de un paralítico que fue presentado a Él. De esta Palabra podemos llevarnos dos regalos para nuestras vidas:

1. El valor de la fe: El paralitico es presentado por unas personas que sabían por su fe que Jesús podía hacer el milagro. Jesús iba a obrar algo poderoso, e importantísimo no solo para el enfermo sino para todos los que allí se encontraban, y todo por la fe.

Por eso debemos pedir el Santo Espíritu sobre cada uno de nosotros, pedir a Dios que nos dé el don de la fe, para creer aun cuando nuestros ojos no han visto, por encima de cualquier obstáculo, que nuestra fe no sea superada por las circunstancias o nuestros deseos personales, el amor al Señor debe estar por encima de todo.

De este punto también es valioso rescatar el valor de las personas, familia o amigos que oran por nosotros, que interceden aun cuando nosotros estamos fríos espiritualmente, o totalmente apagados, porque mi dolor es importante para ellos. Por ellos también hay que orar y dar gracias por su vida y servicio.

2. El Milagro: El Evangelio nos narra que en la escena había muchos letrados presentes, esperando ver la sanación física que aquel paralitico postrado en una camilla necesitaba. Pero Jesús va al núcleo de la enfermedad, su corazón, había en este hombre algo mayor que lo mantenía paralizado totalmente, el pecado. Por eso primero le dijo: “¡ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados”. Es tiempo que nosotros también revisemos nuestro corazón y arrepentidos pidamos el perdón de nuestros pecados, sanemos primero nuestro corazón.

Posteriormente viene la sanción física, con estas palabras: “ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”. El señor hizo una sanación integral, sano su interior, su corazón, y luego al ponerlo de pie lo invito a reconciliarse, a perdonar, a ir hacia delante, a la acción.

De nada nos sirve tener un buen aspecto físico, si todo el ser, si todo el corazón, está totalmente desintegrado, si toda la vida está llena de miedo, de odio, llena de maldad. El Señor sana integralmente.

Jesús nos exhorta hoy a tener fe, para avanzar, para vivir y obrar, fe para tener la capacidad de amar, de ver mucho más allá. Además, nos dice que perdona nuestro pecado para que somos levantados de nuestra camilla, nos da la sanidad y nos libera de la parálisis total.

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